domingo, 27 de mayo de 2012


Objetivo

Dar a conocer esta habilidad para manejar emociones de forma apropiada se puede y debe desarrollar desde los primeros años de vida ya que las emociones se expresan desde el nacimiento, un niño amado, acariciado, será un niño con confianza en si mismo, un niño seguro. La educación no solo contempla aspectos intelectuales y rendimiento escolar, actualmente se está poniendo énfasis al desarrollo de habilidades emocionales y la autoestima, es decir la educación de los sentimientos, la valoración de sí mismos, por ello es importante darlos a conocer y manejarlos de manera adecuada a nuestro alumnos.

¿Qué es la inteligencia Emocional?


La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su célebre libro: Emotional Intelligence, publicado en 1995. Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en torno a cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.

Las personas con inteligencia emocional:


  • Aprenden a identificar sus propias emociones.
  • Manejan sus reacciones emocionales identificando maneras adecuadas de expresarlas.
  • Desarrollan una aceptación incondicional de sí mismos y de los demás.
  • Desarrollan el autocontrol y la empatía: ponerse en el lugar del otro.
  • Desde pequeños aprenden que existen distintos tipos de situaciones y que cada una les exigirá unas u otras respuestas: Resolución de problemas.

¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional en los niños?


Lo primero es conocer cómo es el desarrollo emocional del niño en los primeros años para de esta forma saber qué habilidades necesitan estimularse según cada etapa.

El desarrollo evolutivo de la afectividad, se presenta de esta manera:


  • El recién nacido siente malestar o sosiego. Llora o ríe. Su mundo es de necesidades, afectos y acciones, el primer trato con la realidad es afectivo.
  • Hacia los 18 meses ya se han conectado las estructuras corticales con las profundas del cerebro, lo que permite la aparición de una afectividad inteligente.
  • Hacia el primer año, la seguridad del afecto de la madre es lo que permite al niño apartarse, explorar, dominar los miedos y los problemas, una correcta educación proporciona la seguridad y el apoyo afectivo necesarios para sus nuevos encuentros.
  • El desarrollo de la inteligencia está muy ligado a la educación de los sentimientos, sentirse seguro es sentirse querido, en la familia uno es querido radical e incondicionalmente. Las experiencias infantiles impregnadas de afecto pasan a formar parte de la personalidad a través de la memoria, aprende a andar y a hablar y su mundo se expande.
  • Hacia los dos años entran en su mundo las miradas ajenas, disfrutan al ser mirados con cariño. A partir de ahora cobra gran fuerza educativa la satisfacción ante el elogio o ante las muestras de aprobación de aquellos a quien él aprecia.
  • Hacia los 7- 8 años nos convertimos en actores y jueces: reflexión y libertad. Y aparecen el orgullo y la vergüenza aunque no haya público.
  • Hacia los 10 años pueden integrar sentimientos opuestos. Empieza a darse cuenta de que los sentimientos deben controlarse.
  • La adolescencia es una etapa decisiva en la historia de toda persona. Los sentimientos fluyen con fuerza y variabilidad extraordinarias, es la edad de los grandes ánimos y desánimos, muchos experimentan la rebeldía de no poder controlar sus sentimientos ni comprender su complejidad., el descubrimiento de la libertad interior es importante para la maduración del adolescente, al principio pueden identificar obligación con coacción, el deber con la pérdida de libertad.
  • Al ir madurando comprende que hay actuaciones que le llevan a un desarrollo más pleno y otras que le alejan, que lo que apetece no siempre conviene, que una libertad sin sentido es una libertad vacía.
  • Ha de descubrir que actuar conforme al deber perfecciona y necesita aceptar el deber como una voz amiga, que se puede asumir con cordialidad.

Estrategias para estimular la inteligencia emocional en los niños:


·         Dar nombre a los sentimientos: Ser capaces da nombrar emociones como la cólera o la tristeza, les ayuda a reconocer esas emociones cuando las sienten. Y saber qué es lo que sienten les puede ayudar a sobrellevar ese sentimiento. Enséñele a su niño a reconocer emociones (alegría, tristeza, cólera, miedo) a través de cuentos, tarjetas con dibujos, etc.
·         Relacionar gestos con sentimientos: Es importante que el niño aprenda a identificar emociones en otras personas, de esta manera desarrollará la empatía. Haga gestos de sorpresa, tristeza, cólera, alegría, temor…, converse con él acerca de las emociones que podrían estar sintiendo los personajes de un cuento o los actores de televisión.
·         Orientarlos: Una vez que sus hijos sepan reconocer sus emociones, déles normas básicas para enfrentarse a ellas. Una buena norma es "Cuando expreses tu enfado no puedes hacerte daño ni a ti, ni a los demás, ni a las cosas”. Explique a sus hijos lo que sí pueden hacer. Por ejemplo: correr en el jardín, dibujar figuras enfadadas, dar puñetazos a una almohada, arrugar un periódico, etc. Hacer esto no es malo, al contrario, expresar lo enojado que se siente es saludable, siempre que se exprese de manera aceptable. Además de ello se debe enseñar al niño a relajarse cuando estén nervioso o disgustado, anímelo a respirar hondo mientras cuentan hasta tres y a expulsar despacio el aire. O dígale que cierre sus ojos y tensen los músculos, cuenten hasta seis y relajen los músculos.
·         Actuar con empatía: En los niños más pequeños es recomendable reconocer sentimientos en ellos mismos y en los demás, empiece con las actividades de “Dar nombre a los sentimientos" y “Relacionar gestos con sentimientos". También puede hacer juegos de imitar los gestos del compañero, estas actividades permiten “ponerse en el lugar del otro”.
·         Alabar lo positivo: Felicítelos cuando sus hijos se enfrenten bien a sus emociones o muestren preocupación por los demás, dígales que usted se da cuenta de ello. Ejemplos: “Muy bien hecho lo de marcharte a tu cuarto a tranquilizarte”.
·         Enséñele con el ejemplo: Esta es la mejor manera para que sus hijos entiendan cómo expresar adecuadamente las emociones, sin causar daño. Por ejemplo si ha pasado un mal día en la oficina, váyase de paseo en lugar de gritar y desquitarse con los demás. Otras estrategias para calmar el estrés son: respirar hondo, darse un baño caliente, llamar a un amigo o escribir en su diario. Si tiene una explosión de mal genio delante de sus hijos, hable luego con ellos. Cuénteles por qué estaba enfadado. Luego explíqueles que se enfrentó a sus sentimientos de forma equivocada y que intentará hacerlo mejor la próxima vez.

Qué nos dice el PEP (Programa de Educación Preescolar) acerca de la inteligencia emocional


Los niños que ingresan al preescolar, tienen conocimientos que adquirieron en el hogar de acuerdo a lo poco o mucho que vivió cerca de su familia, en la mayoría de los casos, para algunos niños, asistir a la escuela es el primer acercamiento social y llegar así no es nada fácil, porque no presentan la capacidad para socializar con niños que quizá no forman parte de su pequeño círculo de amistades, para ellos desarrollar esas capacidades implica un doble de esfuerzo cuando además no se les fueron inculcadas en casa.
El preescolar es parte del desarrollo social, “el jardín de niños por el hecho mismo de su existencia constituye un espacio propicio para que los pequeños convivan con sus pares y con adultos” (Programa de educación preescolar, SEP, 2004:13) lo que se pretende es llevar a los niños a ser autónomos, esto a través de la adquisición de seguridad al relacionarse, la confianza y valoración en su persona y la de sus compañeros, además, ellos deberán reconocer sus capacidades y lo que se le dificulta realizar.
De acuerdo a lo establecido en el PEP 2004, lo que deben desarrollar los niños durante su estancia en el jardín, para fortalecer las competencias que van acordes al campo de Desarrollo Personal y Social que:

Desarrollen un sentido positivo de sí mismos; expresen sus sentimientos; empiecen a actuar con iniciativa y autonomía, a regular sus emociones; muestren disposición para aprender, y se den cuenta de sus logros al realizar actividades individuales o en colaboración (SEP, 2004:27).

El niño debe desarrollar actitudes para convivir, pero también diversas capacidades que le permitirán construir su identidad, el saber ¿quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿A dónde voy? Después de conocerse debe valorarse y es por eso que obliga trabajar la autoestima, esto para que el niño se aprecie como ya lo mencione anteriormente y tenga seguridad al convivir, todos estos pasos le permitirán construir esas herramientas de socialización.


Inteligencia Emocional Aplicada a Escuelas


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50 Actividades Inteligencia Emocional

http://es.scribd.com/doc/51674063/50-Actividades-inteligencia-emocional